martes, 19 de agosto de 2025

Dr. Humberto Fernandez Moran. Aportes Clave y Era de Innovación.

Desvelando lo Invisible

    La visión de Humberto Fernández Morán no solo se limitó a la academia; fue un constructor, un diseñador de herramientas que permiten el acceso a mundos antes inaccesibles para el ojo humano. Entre todas sus obras, las más icónica y de impacto universal es la invención de la cuchilla de diamante.

        En 1953, mientras trabajaba en el Instituto Karolinska de Estocolmo y el Departamento de Biofísica de la UCV, Fernández Morán dio a conocer su revolucionaria "cuchilla de diamante para seccionado ultrafino". Esta herramienta, un prodigio de la ingeniería y la precisión, permite realizar cortes congelados en secciones ultrafinas de tejidos, tanto biológicos como metálicos, una capacidad sin precedentes para su época. Antes de su invención, la observación detallada a través del microscopio electrónico de transmisión era limitada por la incapacidad de obtener muestras lo suficientemente delgadas. En consecuencia su cuchilla no solo resolvió este problema, sino que revolucionó la microscopía electrónica, abriendo nuevas fronteras para la investigación en biología molecular, neurociencia y nanotecnología. En 1955, su invento fue patentado, y su diseño fue tan fundamental que generó regalías comerciales a través de empresas como Light de Alemania, abriendo ventanas al cosmos de lo microscópico.

        Es necesario aclarar una distinción que a menudo en el contexto de nuestro país y en el desconocimiento de los aportes científicos de Fernández Moran a la ciencia, el ciudadano común  confunde al Dr. Fernández Morán como el inventor del bisturí, de diamante quirúrgico, mientras que su aporte no fue dentro del área de la salud, sino en la ultramicrotomía, de acuerdo con afirmaciones hechas por el mismo: su contribución fue la cuchilla de diamante utilizada en el ultramicrótomo, la cual permite obtener cortes finos de muestras. Cabe indicar quie ciertamente esta cuchilla fua la base para el bisturí quirúrgico, en el cual se baso la idea, el cual fue un desarrollo posterior de la empresa  DuPont.



        Sin embargo, la invención de la mencionada cuchilla fue tan trascendente, que le valió el prestigioso Premio y Medalla John Scott en Filadelfia el 14 de julio de 1967, un galardón otorgado a invenciones que contribuyen al bienestar, comodidad y felicidad de la humanidad. Siendo el único latinoamericano en recibir este honor hasta la presente fecha.

        Pero su genio no se detuvo allí. El Dr. Fernández Morán fue un pionero en las técnicas de crioultramicrotomía, introduciendo el concepto de congelar las muestras para preservar su estado hidratado y estructura molecular, un paso vital para observar tejidos en su estado más natural. Además, diseñó un ultramicrótomo de cabeza rotatoria de avance térmico para mayor estabilidad y calidad de corte, y desarrolló el crio-ultramicrótomo.

        Como si lo anterior fuese poco la microscopía electrónica se consolidó con el diseño, en 1966, del primer criomicroscopio electrónico con lentes semiconductores, capaces de mantener estable la corriente de la lente en helio líquido y lograr alta resolución en muestras sensibles, al permitir mayor tiempo de exposición a los haces de electrones. Sumado a esto, inventó el crio-portamuestras congeladas, así consolido su legado en este campo.

      El compromiso de Fernández Morán con la ciencia no se limitó a sus inventos personales; fue un visionario que comprendió la necesidad de establecer infraestructuras científicas de vanguardia, ejemplo de ello es Venezuela, donde en 1954, fundó el Instituto Venezolano de Neurología e Investigaciones Cerebrales (IVNIC), que más tarde se convertiría en el actual Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC). Su visión era clara: crear un centro de excelencia, dotado de tecnología de punta y un enfoque interdisciplinario.

        Un testimonio de su ambición y su capacidad para materializar proyectos monumentales fue la construcción del Reactor Nuclear RV-1 en el IVNIC, el primero de su estilo en América Latina, y el único en Venezuela, destinado a impulsar estudios sobre radiofármacos y radioterapia. Este hito no solo marcó un antes y un después para la investigación en el país, posicionándolo en la vanguardia regional de la energía nuclear para fines pacíficos. En 1957, el IVNIC fue anfitrión de un simposio internacional, "Estructura y Función de las Células Nerviosas", que congregó a lo más granado de la neurobiología mundial, incluyendo a tres Premios Nobel, elevando el prestigio del instituto a alturas insospechadas.

        Su paso por la NASA (Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio) en el prestigioso programa Apolo, es otro de los logros y aportes que se deben resaltar de este personaje, fue investigador principal en el análisis físico-químico de rocas lunares, su cuchilla de diamante fue la herramienta esencial para estudiar las preciadas muestras traídas de las misiones Apolo 11, 12, 14 y 15. Los resultados de la investigación contribuyeron a teorías sobre los procesos climáticos y geológicos de la Luna. Así que Venezuela no solo contaba con un gran inventor sino además con uno de los científicos que estuvo en contacto directo con los materiales provenientes de la luna.

        Todo lo anterior es una parte más de las hazañas de un investigador comprometido, pero como buen científico, también fue parte de la educación y creación de nuevos colegas que más adelante también harían lo propio dentro de diferentes ramas de la ciencia y la tecnología. Por lo cual en su incansable acceso al conocimiento fue profesor en la Universidad de Harvard, trabajó en el Hospital General de Massachusetts y creó los laboratorios de microscopía electrónica del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). En la Universidad de Chicago, se desempeñó como docente e investigador, donde perfeccionó el microscopio electrónico de alta resolución. Su capacidad para la invención también se reflejó en la descripción de las partículas mitocondriales, conocidas hoy como partículas de Fernández Morán.

       Un punto de constante debate y, en cierto modo, de orgullo nacional, es la supuesta nominación de Fernández Morán al Premio Nobel. Múltiples fuentes afirman que fue nominado en varias oportunidades pero que lo rechazó al no querer renunciar a su nacionalidad venezolana para adoptar la estadounidense, un requisito que se le imponía para la postulación por parte de la NASA. Sin embargo, otras fuentes, citando archivos suecos, desmienten el requisito de la nacionalidad, aunque confirman su candidatura en 1968 y su aspiración al galardón. Esta controversia subraya la complejidad de su figura, una personalidad que, a pesar de su inmensa contribución global, seguía profundamente arraigada a su identidad venezolana.

sábado, 16 de agosto de 2025

Vida y obra de Dr. Humberto Fernandez Moran: Un faro de inspiración para las generaciones futuras

    No hace mucho, vi una película sobre un matemático estadounidense con  esquizofrenia que gano un premio Nobel, la cual se titulaba en América Latina como “Una Mente Brillante” este hombre era nato de EE.UU. fue un hombre de gran renombre y genero estudios y casos importantes para la ciencia. Como cinéfila debo catalogar la película como extremadamente buena por distintos motivos que no vienen al caso.

    Para el momento actual los venezolanos y en particular los zulianos tenemos nuestro propio científico, candidato a premio Nobel y que casi nadie lo conoce, ni habla de este hombre que pasa casi desapercibido no solo para el mundo sino para el estado Zulia. Este interesante individuo. No es mas que uno de los científicos que ha generado mayores beneficios a la humanidad y dio resultados dignos de un premio Nobel. El mencionado hombre es el Dr. Humberto Fernández Moran, oriundo de La Cañada de Urdaneta, una figura cuya brillantez supera a la del prócer de la independencia Rafael Urdaneta. No solo ilumino la ciencia de su tiempo, sino que se proyectó como un faro para las generaciones siguientes. 



    Humberto Fernández Morán Villalobos (1924-1999), fue un hombre cuyo nombre evoca la fusión de genio, tenacidad y un profundo amor por su patria, uno de los innovadores más trascendentales del siglo XX. Mediante este artículo se pretende desentrañar la vida y obra de un hombre que, como un Prometeo moderno, robó el fuego del conocimiento para compartirlo con la humanidad, por lo cual compartido en 3 partes se presentará luego de una exhaustiva investigación los aportes de este gran hombre no solo a la ciencia venezolana, sino del mundo. Y es que el estado Zulia no solo ha sido una región productiva y cultural del país, sino además, ha producido personajes que han dejado huella en la historia y en la ciencia.


Infancia y Primeros Pasos: La Forja de un Prodigio

    La historia del futuro Doctor Humberto Fernández Morán comienza en 1924, con su nacimiento en el terruño zuliano. Su formación académica, lo llevó de Maracaibo a Curazao y Nueva York, antes de asentarse en Alemania para sus estudios de bachillerato en el Instituto Schulgemeinde de Sallfeld. Este joven con apenas 16 años, ingresó a la Universidad de Múnich, un hito en sí mismo, pero aún más notable si se considera el convulso contexto de la Segunda Guerra Mundial.

    En 1944, con solo 20 años y en medio de los estruendos de los bombardeos que asolaban Múnich, Fernández Morán se graduó de médico Summa Cum Laude, la máxima distinción académica, un testimonio de su formidable intelecto y dedicación bajo circunstancias extremas. De acuerdo con sus propias palabras: "Mi mente no podía permitirse la distracción del caos exterior," pudo haber reflexionado en sus escritos, "la ciencia era mi refugio, mi misión."

    El destino lo trajo de vuelta a Venezuela en 1945, donde revalidó su título en la Universidad Central de Venezuela (UCV) y se especializó en neurología y neuropatología en la Universidad George Washington, en Estados Unidos. Pero su sed de conocimiento era inmensa. De acuerdo con los relatos tuvo la oportunidad en esas fechas de conocer y tratar con Albert Einstein, quien le aconsejó profundizar sus estudios en Suecia. Esta recomendación, si bien un detalle que roza la leyenda, muestra el círculo intelectual en el que Fernández Morán se movía.
    
    Así, en 1947, se embarcó hacia Estocolmo, Suecia, para sumergirse en la investigación de microscopía electrónica en el Instituto Nobel de Física, bajo la tutela del eminente Profesor Svedberg, Premio Nobel de Física. Allí, su mente brillante continuó su ascenso dentro del área de la ciencia: completó una maestría en biología celular y genética, y en 1952, obtuvo su doctorado en biofísica por la Universidad de Estocolmo, convirtiéndose en uno de los primeros venezolanos en alcanzar tan alto grado académico. En este período formativo, no solo cultivó su intelecto, sino que también forjó una vida personal, allá en Suecia conoció a la que sería su esposa Anna Browallius. Se casaron y procrearon dos hijas, Brígida y Verónica, quienes, inspiradas por su padre, seguirían caminos en las matemáticas y la biología.
    
    En 1954 regreso a Venezuela, no fue el fin de una etapa, sino el preámbulo de una explosión de innovaciones que cambiarían el rumbo de la ciencia en el país y el mundo.


      Este artículo continuará en la segunda sección: 

Aportes Clave y Era de Innovación: Desvelando lo Invisible


Referencias Bibliográficas

Artigas Abreu, R. J. (2015). HUMBERTO FERNÁNDEZ MORAN. REDVET. Revista Electrónica de Veterinaria, 16(2), 1-2.

ANM Venezuela Interactivo. (s.f.). IMPACTO DE LA VIDA DEL DR. HUMBERTO FERNÁNDEZ-MORÁN EN EL QUEHACER CIENTÍFICO VENEZOLANO [Video]. YouTube.

biografiando. (2023, 24 octubre). Humberto Fernández Morán: Inventor del bisturí de diamante [Video de TikTok]. TikTok.

Ministerio P.P. Ciencia y Tecnología. (s.f.). Conoce a Humberto Fernández Morán Villalobos [Video]. YouTube.

Ministerio P.P. Ciencia y Tecnología. (s.f.). Dr. Humberto Fernández-Morán: Legado científico de Venezuela [Video]. YouTube.

MINCYT. (s.f.). Humberto Fernández-Morán: Pionero de la ciencia en Venezuela y el mundo.

Perdomo, L. (s.f.). El bisturí punta de diamante y un paso antes en la Luna.

SAREN. (s.f.). La memoria del ilustre científico venezolano Dr. Humberto Fernández-Morán es honrada con el ingreso de sus restos mortales al Panteón Nacional.

Vidovic López, J. F. (2025). Humberto Fernández Morán: un zuliano universal. Aportes a la ciencia y propuesta educativa. Perspectivas. Revista de Historia, Geografía, Arte y Cultura, 13(26), 182-187.


martes, 29 de julio de 2025

El Secreto del Relámpago Mágico. Un cuento infantil (De como el Relámpago del Catatumbo, funciona como un faro natural)

Un cuento sobre el misterioso Relámpago del Catatumbo

Capítulo III: El Faro de los Navegantes


Por: Sami1540

El abuelo José, con su piel curtida por el sol, dejó los remos a un lado. La canoa se mecía suavemente en el agua oscura del lago. Luis, lo miraba con los ojos bien abiertos, listo para otra de las increíbles historias del Catatumbo.

—Hace muchísimos años —empezó el abuelo, con su voz grave y tranquila—, cuando no existía la luz eléctrica ni los aparatos que guían a los barcos, los marineros le tenían miedo terrible a la noche en el mar. ¡Era tan oscuro y peligroso! Pero, cuando llegaban a este lugar, todo cambiaba.

—¿Y entonces, abuelo? —preguntó Luis, casi sin respirar.

El abuelo sonrió. —Entonces, el cielo se encendía. ¡No un rayo, ni diez, sino miles y miles de relámpagos! Era como si el cielo les dijera: “¡Por aquí, amigos! ¡Bienvenidos al Catatumbo, su faro natural!”

Luis soltó una exclamación de asombro. —¡Qué genial! ¡Un faro de relámpagos!

—Tan genial —continuó el abuelo— que hasta un pirata inglés muy astuto, quiso usarlo a su favor. Dicen que él planeó atacar Maracaibo por sorpresa, de noche, para robar todos sus tesoros. Pensó que la oscuridad lo ayudaría. Pero cuando llegó, ¡sorpresa! El cielo estaba tan iluminado por el Relámpago del Catatumbo que sus barcos se veían clarito, ¡como si fuera de día! 


Luis se rió a carcajadas. —¡La naturaleza lo delató! ¡El Relámpago del Catatumbo es un héroe!

—Así es —dijo el abuelo—. El pirata Intentó esperar a que pararan… Pero el Relámpago del Catatumbo nunca se detiene. ¡Ni por reyes, ni por piratas, ni por nadie! Al final, el pirata tuvo que irse con las manos vacías, sin ningún tesoro.

—¡Porque la naturaleza es más fuerte! —exclamó Luis, levantando su pequeño puño al aire, lleno de orgullo.

El abuelo José asintió, mirando el cielo con mucho respeto. —Estos relámpagos no solo iluminan el lago, Luis. También iluminan nuestra historia. Han sido una guía para los navegantes, una advertencia para los que querían hacer daño y un protector de nuestra tierra.

 Y ahora… —dijo, volviéndose hacia Luis con una mirada misteriosa—… también son un gran misterio que la ciencia quiere entender.

—¿Y vendrán científicos a estudiarlos, abuelo? —preguntó Luis, con los ojos brillantes de curiosidad.

—Ya han venido —respondió el abuelo—. De países muy lejanos, incluso algunos que estudian el espacio. Pero, ¿sabes? Nadie sabe todo su secreto… todavía.

Luis miró el horizonte, justo cuando otro rayo cruzaba el cielo, pintando una línea de luz. Pensó por un momento, y luego dijo lentamente:

—Entonces… quizás yo pueda ayudar a descubrirlo. ¡El Relámpago del Catatumbo nos espera! 



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El Relámpago del Catatumbo tiene más historias que contar… ¿Te atreves a descubrirlas con Luis?

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lunes, 21 de julio de 2025

El Secreto del Relámpago Mágico. Un cuento infantil sobre ciencia, leyenda y amor al planeta

Por: Sami1540

Este es un cuento de inspiración propia, nacido de la necesidad de que nuestros niños y niñas en esta época actual conozcan la importancia no solo cultural sino científica de nuestro país y sus bellezas naturales, pero en especial del estado Zulia.

Al levantarme en las mañanas y ver a mi hija interesada solo en la Internet y el entretenimiento que está le ofrece, he vivido como madre la preocupación de que nuestros hijos e hijas estén más conectados al mundo digital, mundo virtual, metaverso o como le queramos llamar, que, a las experiencias naturales de la vida, como el juego al aire libre, las adivinanzas, colorear o lo más simple pero importante la lectura.

Cada día nuestros niños y adolescentes, se sientan durante horas a ver en la pantalla de sus teléfonos un sinfín de contenidos los cuales en la mayoría de los casos no les aportan nada, sino que además les destruyen la vista y les dejan malas prácticas, malas enseñanzas o en su defecto procrastinación.

Si juntásemos todas las horas diarias que los individuos le dedican a observar videos nada productivos de seguro que seria posible juntar los años de vida de varios cientos o varios miles de personas.

Pero si en lugar de desperdiciar el tiempo en cosas que no les dejan nada de aprendizaje o de beneficio, nuestros niños y niñas, jóvenes y adolescentes e incluso los propios adultos dedicaran unos pocos minutos de esos que les sobran a leer algo de utilidad, algo que le enseñe cultura popular o porque no información científica. Pensando en eso dedique algo de mi tiempo para arrancar una serie de cuentos de interés nacional y ahora que los venezolanos estamos regados por el mundo de interés internacional, porque todos queremos que los mas chicos conozcan sus raíces, ya que en esta tierra hay de todo y para todos y que además es un paraíso diverso que ya quisieran las potencias del mundo tener la cuarta parte de lo que se tiene en Venezuela.

Irónicamente en un mundo tan conectado y en el que se emplea la escritura y la lectura para comunicarse con la IA, nuestros niños ya no quieren poner en práctica el hábito de leer, sino que solo quieren ver videos, escuchar música o bailar reguetón. De manera paralela a este consumo de pantalla más adelante habrá que ideárselas para tener acceso a un buen libro o lectura de calidad, pero, aunque tú hijo no quiera leerlo, por favor léeselo tú, que no se pierda esa magia tan enriquecedora, y acogedora de que los padres compartan con sus hijos un poco de tiempo de calidad.

Por ello, les dejo este cuento (y quién sabe cuántos más), dividido en secciones para que así no se cansen de leer. Espero que les permita ayudar a la generación de relevo a conocer algo más que el reguetón o el anime.

Sin más a que referirme abro está etapa de cuentos inspirados en la naturaleza para el mundo. Disfrútalo y comparte tus opiniones y síguenos.


El Secreto del Relámpago Mágico

Un cuento sobre el misterioso Relámpago del Catatumbo

Capítulo 1: El Pueblo de los Relámpagos Eternos


En las orillas del gran Lago de Maracaibo, donde el viento canta entre los juncos y el agua brilla bajo la luna, existe un pueblo especial al que propios y extraños admiran con curiosidad: Catatumbo .

En este pequeño, pero hermoso pueblo, desde hace siglos y quién sabe si, desde el principio de los tiempos, cada noche, sin importar la estación, el cielo sobre el lago se enciende con miles de destellos dorados y plateados. ¡Zas! ¡Crac! Los relámpagos bailan sin parar, como si el cielo estuviera celebrando una fiesta infinita.

Allí, habitaba un niño llamado Luis, de ocho años, ojos grandes y mente creativa y mas grande aun.

Una noche, mientras corría descalzo por la orilla, señaló al horizonte con entusiasmo.

 —¡Mira, abuelo! ¡Otra vez los relámpagos! 

Sentado en su silla de nimbre, el abuelo José , viejo pescador de manos curtidas y mirada sabia, conocido como uno de los mas sabios del pueblo, sonrió al ver el cielo iluminarse.

 —Sí, mijo —dijo el abuelo, con voz tranquila—. Es el Relámpago del Catatumbo, el más famoso del mundo. Ten presente que eso que observas no es magia… ¡es ciencia! Pero también es un regalo hermoso y útil de la naturaleza.

Ante esta exposición, Luis arrugó la nariz, pensativo.

y se dijo a si mismo —¿Cómo puede ser ciencia… y magia… al mismo tiempo?

 El abuelo quien escucho su comentario, rio suavemente, como si conociera un secreto muy antiguo.

 —Ven —le dijo, extendiendo la mano—. Sube a la canoa. Te mostraré algo más que luces en el cielo. Te contaré el secreto del relámpago mágico.

Y así, bajo un cielo que nunca dormía, comenzó una aventura que Luis nunca olvidaría.



Capítulo 2: La Danza de las Nubes y el Viento


Mientras la canoa avanzaba despacio sobre el agua oscura, que brillaba cada vez que un rayo cruzaba el cielo. Luis se sentó frente al abuelo, remojando los pies mientras el viejo pescador remaba con calma.

—¿Sabes por qué aquí hay tantos relámpagos? —preguntó el abuelo, señalando las nubes altas que giraban como torbellinos.

Luis hizo un movimiento de negación con la cabeza.

—Es por una danza invisible —dijo el abuelo—. Una danza entre el viento, las montañas y el lago caliente.

Señaló hacia el sur, donde se alzaban las montañas de la Sierra de Perijá.

—Por las tardes, cuando el sol calienta el lago. El aire húmedo que se produce sube, sube y sube… hasta chocar con el viento frío que baja de las montañas. ¡Y entonces… bum! Se forman nubes gigantes, como castillos de algodón mojado.

—¡Como una olla gigante! —exclamó Luis, recordando cómo su mamá cocinaba sancocho.

—¡Eso mismo! —rió el abuelo—. Y dentro de esas nubes, las gotas de agua chocan unas con otras, chispean, se cargan de electricidad… hasta que ¡ZAS! Sale un relámpago.

 —¿Y eso pasa solo aquí, en nuestro lago? —preguntó Luis, asombrado.

—¡Aquí más que en cualquier otro lugar del planeta! —dijo el abuelo, orgulloso—. Ocurre en dos o tres lugares más, algo parecido, pero no tan seguido, ni con tanta intensidad de descargas eléctricas como en esta región del planeta. Cada año, según cuentan los científicos y hasta la NASA, caen aquí más de un millón de relámpagos. Ni en África, ni en Asia, donde también existen fenómenos parecidos… ¡aquí, en nuestro hogar!

Luis miró al cielo, imaginando a las nubes como dragones eléctricos escupiendo fuego desde las alturas y su cara reflejo el asombro digno de un niño que explora y aprende cosas nuevas.

—Entonces… ¿nuestro lago es especial?

—Muy especial —asintió el abuelo—. Tal vez el más especial en el mundo. Y su luz… no es solo un espectáculo. Es un faro. Un faro que según lo que mi padre y mi abuelo contaban ha guiado a viajeros durante siglos y ha salvado a Maracaibo en ocasiones de ciertos personajes nada buenos que han querido visitarle.

—¿Un faro? —repitió Luis—. ¿Como los de los barcos?

—Mucho antes de que existieran esos faros… —empezó el abuelo, bajando la voz—… hubo piratas, navegantes y exploradores que se perdían en la oscuridad. Hasta que descubrieron esta luz eterna.

continuara, en la próxima publicación...





viernes, 4 de julio de 2025

Zulianidad: Identidad que no se pierde

      Cuando una persona cualquiera se refiere al Zulia, al estado, no solo está señalando un territorio en el mapa de Venezuela. Evoca una cultura centenaria que se traduce en: aroma a coco, a chivo en su punto, el sonido de una gaita que se cuela por las calles en diciembre. Es recordar el relámpago del Catatumbo iluminando las noches o el fervor de una multitud cantando “La Grey Zuliana" frente a la Basílica de La Chinita, en pleno corazón de Maracaibo. Y especialmente es hablar de un sentimiento que no entiende de distancias: la Zulianidad, es una identidad que el zuliano lleva como si fuese una vadera ondeante, como si de ser el abanderado en una batalla se tratase, identificándose fácilmente no solo con su peculiar manera de hablar, sino con su perspicacia, su viveza criolla, con la que se han criado desde pequeños los niños y niñas del estado Zulia, ya no digamos solo de Maracaibo, porque ser Zuliano no es solo pertenecer o haber nacido en la capital del estado, ser zuliano se refiere a esa chispa que embarga a cada uno de los habitantes del estado, que se puede decir es, un sello y que permite compartir a los demás y con los demás esa picardía y alegría que refleja el habitante de este gran estado. Sin importar en que parte del mundo se encuentre el individuo que forma parte de ese todo, para bien o para mal ahora el zuliano es internacional, ya sea en Maracaibo, Madrid o Miami.

En otras palabras, el sentido de pertenencia es, quizás, el pilar más fuerte del carácter zuliano. El zuliano se siente profundamente orgulloso de su tierra, de su cultura, de su historia y de su gente. Este orgullo es una conexión visceral con sus raíces que se manifiesta en su defensa apasionada de lo zuliano, en su amor por la gaita, por la Chinita, por el patacón y por cada rincón de su estado. La zulianidad es, una identidad colectiva, un lazo invisible que une a todos los zulianos, estén donde estén, y que los hace sentir parte de algo más grande que ellos mismos.

 

Cuando la Zulianidad se hizo oficial

La zulianidad no es solo una palabra o un sentir, es una institucionalidad, ello se evidencia a partir del 24 de octubre de 2002, cuando el entonces gobernador Manuel Rosales firmó el decreto que institucionalizó la Semana de la Zulianidad.

Esto no fue solo un acto burocrático más, fue la formalización de algo que los zulianos ya llevaban en la sangre, de ese sentir que aflora al pasar el puente sobre e Lago de Maracaibo o al escuchar la Grey Zuliana en un radio o porque no hoy en día en Tik Tok o en un Reel

Años después de haber instituido y acuñado este terminó Rosales dijo en una entrevista: "No inventamos nada, solo le dimos nombre a lo que siempre existió: ese orgullo de ser zuliano, de hablar más fuerte, de celebrar más alegre, de defender lo nuestro como nadie". Claro está, que esa idea no nació sola, ni tampoco se origino en el antiguo gobernador; detrás hubo maestros, cultores y hasta gaiteros que insistían: "Si no lo enseñamos, se pierde". Entre ellos, Luis Guillermo Hernández, historiador y defensor de la identidad zuliana, quien siempre repetía: "Un pueblo sin memoria es como un barco a la deriva. Y nosotros, los zulianos, tenemos demasiado que recordar".

Cuando la crisis migratoria llevó a miles a salir para otros países, la respuesta fue clavar una bandera azul y negro en cualquier rincón del mundo.

Desde 2002, las escuelas zulianas dedican una semana completa a enseñar qué hace único al estado Zulia, a su gente: los niños pintan el Puente sobre el Lago y aprenden que fue una proeza de ingeniería. Cantan gaitas en clase, no solo en diciembre, porque, como dice el gaitero Astolfo Romero en una de sus letras: "La gaita no es solo música, es historia cantada".

 

Gentilicio zuliano: La esencia de su gente

 Si la cultura y las tradiciones son el alma del Zulia, el gentilicio y el carácter zuliano son el espíritu que las anima. Ser zuliano no es solo haber nacido en esta tierra; es llevar consigo una serie de atributos, de formas de ser y de sentir que los distinguen y los hacen únicos en el mosaico venezolano. El gentilicio zuliano, que abarca desde el "marabino" o "maracucho" hasta el "zuliano" a secas, es sinónimo de una personalidad exuberante, de una alegría contagiosa y de una resiliencia inquebrantable que se forja bajo el sol ardiente y a orillas del Lago de Maracaibo.

Una de las características más notorias del zuliano es su carisma y jocosidad. El humor es una herramienta fundamental en su día a día, una forma de enfrentar las adversidades y de celebrar la vida. El zuliano es ingenioso, rápido para el chiste y para la réplica, y su conversación está salpicada de expresiones coloridas y metáforas que pintan un cuadro vívido de su realidad. Esta capacidad de reírse de sí mismo y de las circunstancias, es un testimonio de su optimismo inherente. La risa en el Zulia no es una declaración de que, a pesar de todo, la vida sigue y merece ser celebrada.

El uso del "vos" en lugar del "tú" no solo denota familiaridad y cercanía, sino que también refleja una forma de relacionarse con el mundo, una franqueza y una autenticidad que son inherentes al zuliano. Es una forma de hablar que, para el forastero, puede sonar chocante al principio, pero que rápidamente se convierte en una melodía familiar, en un signo de bienvenida y de confianza.

En definitiva, para comprender la zulianidad, es imperativo despojarse de preconcepciones y sumergirse en la complejidad de un pueblo que ha forjado su identidad a la sombra de un lago inmenso y bajo el influjo de un sol que no perdona. La zulianidad es, en esencia, la suma de elementos que distinguen al zuliano del resto de los venezolanos. No se trata de una superioridad inherente, sino de una singularidad cultivada a lo largo de siglos de historia, de luchas, de alegrías y de un profundo arraigo a su tierra. Es la manifestación de una cultura rica y diversa, de unas tradiciones que se resisten a desaparecer, de un gentilicio que se enorgullece de su origen y de una importancia histórica y económica que ha marcado el rumbo de la nación.

 

Referencias Bibliográficas

 Gobernación del Zulia (2002). Decreto N° 272. "Institución de la Semana de la Zulianidad". Publicado en Gaceta Oficial del Estado Zulia.

Hernández, L. G. (2018). "Cultura e Identidad Zuliana: La Construcción de un Imaginario Colectivo". Ediciones de la Universidad del Zulia (LUZ).

Molero, A. (2005). "El Zulia en su Voz: Poesía y Narrativa Regional". Fundación Belloso. 

Rosales, M. (2002). Discurso de Instauración de la Semana de la Zulianidad. Archivo Audiovisual de la Gobernación del Zulia.

Disponible en: YouTube (búsqueda: "Manuel Rosales decreto Zulianidad 2002").

Barboza, O. (2010). "Autonomía e Identidad en el Zulia". Ponencia en el Congreso de Historia Regional, LUZ.

La Verdad (2020). "Zulianos en el Exilio: La Tradición que no se Pierde".

Enlace: La Verdad.

miércoles, 2 de abril de 2025

Rafael Urdaneta. Un General Brillante


En el vasto panorama histórico de Venezuela, un nombre resuena con gran admiración y respeto: el del General Rafael Urdaneta, un valiente independentista que desempeñó un papel crucial en la lucha por la emancipación de su país. Su figura, llena de coraje y determinación, se ha convertido en un emblema de la lucha por la libertad y la justicia en Venezuela. En esta reseña, exploraremos la vida y legado de este destacado líder militar, su participación en momentos clave de la Independencia y su legado perdurable en la historia de la nación venezolana. Acompáñanos en este fascinante recorrido por la vida de un héroe cuyo nombre trasciende los límites del tiempo.

 Atendiendo a la anterior introducción, se desglosa la siguiente mini biografía de este personaje histórico, símbolo de la zulianidad.

"Los secretos de El Brillante: Una mirada fascinante a su mente y su estrategia"



Rafael José Urdaneta Farías
nació el 24 de octubre de 1788 en Maracaibo, Venezuela. Fue uno de los generales más destacados de la guerra de independencia de Venezuela y uno de los próceres más importantes en la historia del país.

Desde temprana edad, Urdaneta demostró un gran interés por el estudio y una profunda pasión por la política. A los 16 años ingresó en la Universidad de Caracas para estudiar leyes, pero rápidamente abandonó esta carrera para unirse a las filas del ejército español en la lucha contra las fuerzas insurgentes.

Sin embargo, tras la llegada de Simón Bolívar a Venezuela en 1810, Urdaneta decidió unirse al bando independentista. Participó en varias batallas y demostró su valentía y habilidad militar en enfrentamientos como la batalla de Boyacá en Colombia, donde las tropas independentistas obtuvieron una victoria crucial.

Urdaneta se destacó especialmente en la Campaña Admirable, liderada por Bolívar, en la cual lograron liberar gran parte de Venezuela de las fuerzas realistas. Posteriormente, participó en la Batalla de Carabobo en 1821, donde el ejército independentista obtuvo una victoria definitiva sobre los españoles.

Tras la independencia de Venezuela, Urdaneta ocupó diversos cargos políticos y militares, siempre dejando su marca y demostrando su capacidad de liderazgo. Fue presidente de la Gran Colombia en 1830, aunque su mandato apenas duró 45 días debido a conflictos internos y desacuerdos políticos.

Uno de los momentos más destacados en la carrera de Urdaneta ocurrió durante la Guerra de la Federación, un conflictivo período en la historia de Venezuela. En 1859, el presidente José Antonio Páez lo designó como comandante en jefe del ejército federal en la batalla de Santa Inés. A pesar de ser derrotado, Urdaneta demostró su lealtad y valentía hasta el último momento.

Rafael Urdaneta falleció el 23 de agosto de 1845 en la ciudad de Caracas, pero su legado como héroe de la independencia y figura fundamental en la historia de Venezuela perdura hasta el día de hoy. Su temple, liderazgo y dedicación a la causa independentista lo han convertido en uno de los personajes más destacados de la historia venezolana.

Bibliografía relacionada:

- BRICEÑO, Mario. Rafael Urdaneta: Grandeza y Mediocridad. Caracas: Editorial Vadell Hermanos, 1992.
- Castro Leiva, Eustoquio. Vida de Rafael Urdaneta. Caracas: Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia, 1973.
- Salcedo Bastardo, Oswaldo. Rafael Urdaneta, genio y figura. Caracas: Fundación Educación y Desarrollo, 1991.
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