viernes, 17 de octubre de 2025

Rafael Urdaneta. "El Brillante de las paradojas"

        El próximo 24 de octubre del presente año (2025) se cumple un año más del nacimiento de El Brillante, 236 años para ser precisos, 2 centurias y un poco más desde que este grande del ideario bolivariano nació en el estado Zulia, y 180 años de su fallecimiento. Rafael José Urdaneta Farías nació en la cañada de Urdaneta, quien le iba a decir que, con su brillo, hasta su pueblo llevaría su apellido, este hombre paso de ser un simple venezolano, a ser uno de los generales más leales a Simón Bolívar y a su causa y el pilar fundamental en la Independencia de Venezuela. En más de una ocasión demostró su valía y en más de una ocasión cabalgo enfermo su caballo para enfrentarse al enemigo.

 

        Contra todo pronostico fue declarado traidor, fue nombrado Presidente, ejerció como tal, fue exiliado y despojado de sus rangos, y muy a pesar suyo se encargó de repatriar los restos de El Libertador, y puede que halla sido el hombre que recorrió mas que cualquier otro el territorio nacional de aquella época para defender la independencia.

      Bien lo llamo Bolívar “el más constante y sereno Oficial del Ejército”. Y es que lo demostró cuando en 45 días estuvo presente en 27 combates saliendo airoso de la mayoría de estos. En la ciudad de Valencia lucho por orden de Bolívar hasta morir, pero aun no era el momento para eso, contra todo pronóstico 280 soldados republicanos contra 3 mil realistas, entendía Bolívar que esta ería la muerte de su amigo.

      Otra de las maravillas no menos impresionante, le esperaba cuando se retiro de San Carlos hasta la frontera con la Nueva Granada (actual Colombia), después de la batalla de La Puerta, con un ejército realista detrás y dos mas por el camino, cargando con los heridos. Proezas estas guardadas solo para los mas valientes y como buen zuliano afortunado.

        De manera que, nuestro héroe de la independencia recibió con mucha razón el apodo de Brillante por parte de El Libertador y es que no cualquiera podría librarse de situaciones como esa sin estar destinado a un papel de importancia, tal vez solo Urdaneta pudiese haber contado salir de 27 batallas en 45 días, cuantos amigos, conocidos y subalternos debe haber visto caer el General a su lado, hombres que estaban bajo su mando, hombres que lucharon por él y por Bolívar como solo los hombres y mujeres de ese siglo lo podían hacer.

    Todo esto y mas hacen necesario que estando próximo el día de su nacimiento dediquemos un espacio a ampliar el conocimiento de sus vivencias, las ordenes que cumplió y los tropiezos que debió enfrentar para ser reconocido, no solo por su generación sino por la actual que ya casi no conoce al hombre, al amigo y al prócer que llevo por Nombre Rafael Urdaneta.

 

Las Asombrosas Paradojas de Rafael Urdaneta

1. Introducción: Más Allá del Héroe de Bronce

     Rafael Urdaneta es una de esas figuras que parecen talladas en la certidumbre de la historia: "El Brillante", uno de los generales más leales a Simón Bolívar y pilar fundamental en la Independencia de Venezuela. Su nombre evoca constancia, honor y una devoción inquebrantable a la causa republicana. Sin embargo, detrás de la monumental figura de bronce, su biografía se desgarra entre la lealtad absoluta y la traición impuesta, entre el sueño de la unidad y la orden secreta de dividir.

     ¿Pero qué sucede cuando el héroe más leal es forzado a tomar el poder y luego es marcado como un enemigo de la patria? Su historia desafía las narrativas simples y nos invita a descubrir las complejidades de un hombre atrapado en el torbellino de la historia.

 

2. El último presidente de la Gran Colombia, el primer traidor de Nueva Granada.

      De todas las ironías en la vida de Urdaneta, esta es quizás la más impactante. El 5 de septiembre de 1830, en medio de una Bogotá consumida por el caos y las pasiones políticas, asumió la presidencia de la Gran Colombia. No fue el instigador de la revuelta que derrocó al gobierno legítimo de Joaquín Mosquera; fue empujado por las circunstancias y la insurrección del batallón Callao, que lo vio como la única figura capaz de salvar a Colombia del colapso total.

      Su objetivo era estrictamente provisional: mantener la unidad de la república mientras se esperaba el regreso de Simón Bolívar para que retomara el mando, algo que el Libertador, ya en el ocaso de su vida, no aceptó. Tras la muerte de Bolívar, la situación de Urdaneta se volvió insostenible. Negoció una transición pacífica del poder, pero la hostilidad era tal que tuvo que huir de Bogotá furtivamente, pues sus enemigos se habían confabulado para asesinarle.

      El golpe final llegó el 23 de enero de 1832. El nuevo gobierno de Nueva Granada lo declaró traidor a la patria. Su nombre encabezaba una infame lista de 269 oficiales que fueron borrados de la lista militar y expulsados del territorio. No era un simple castigo; fue una purga sistemática del estamento militar bolivariano, y Urdaneta fue señalado, en la cima de la lista, como el traidor principal. Ya había pasado en su Momento con Miranda y ahora el chivo expiatorio era Urdaneta.

 

3. Urdaneta, un hombre definido por su fidelidad a Bolívar.

       La acusación de traición contrasta brutalmente con el pilar central de su vida: su profunda lealtad a Simón Bolívar, tan profunda que se convirtió en leyenda. Fue el propio Libertador quien lo calificó como "El Brillante" y lo definió como "el más constante y sereno Oficial del Ejército". La devoción de Urdaneta quedó inmortalizada en su frase más célebre, dirigida a Bolívar en un momento de dificultad:

 "General si con dos hombres basta para emancipar la patria presto estoy a seguirle a usted".

     Y sin embargo, fue a este hombre a quien el Estado declaró traidor. Su acto final de devoción fue quizás la respuesta más conmovedora. Muchos años después de ser exiliado y despojado de sus rangos y embestido por pura política como diplomático, Urdaneta tuvo un rol protagónico en las gestiones para repatriar los restos de Bolívar a Venezuela en 1842. Es de señalar que para recibirlos, se puso su uniforme militar por última vez. Fue un acto de profunda simbología: el general deshonrado, vistiendo el uniforme que le habían arrebatado, ofreciendo un silencioso y digno desmentido al estado que lo había repudiado, para dar la bienvenida al hombre por quien lo sacrificó todo.

 

4. El leal unificador que recibió la orden de dividir.

        En un giro de la historia, Urdaneta, el hombre que asumió el poder para salvar la unidad de la Gran Colombia, recibió previamente del propio Bolívar una sugerencia para destruirla. En una carta enviada desde Guayaquil el 13 de julio de 1829, un Bolívar desesperado por la crisis política le compartió un plan drástico.

        El Libertador, el gran unificador, le aconsejaba a Urdaneta ayudar a José Antonio Páez a "reunir las opiniones de Venezuela", sugiriendo de facto la división de la Gran Colombia como una salida a la anarquía. Irónicamente, el mismo hombre que más tarde sería exiliado por no lograr preservar la unidad de la Gran Colombia, había sido aconsejado en secreto por su fundador para que ayudara a orquestar su división. Este hecho no solo revela la profunda desesperación de Bolívar en sus últimos años, sino también la inmensa confianza que depositaba en Urdaneta, el único a quien podía confiarle un plan tan radical y secreto.

 

5. La Última Deuda de un Héroe. Murió sirviendo a la patria, su última orden fue devolver el dinero.

        En 1845, Urdaneta se encontraba en París en una misión diplomática crucial: lograr que España finalmente reconociera la independencia de Venezuela. Sin embargo, su salud, ya deteriorada, le falló definitivamente dicen que la causa de su muerte fue un cálculo en un riñón, el cual era del tamaño de un puño. Murió el 23 de agosto de ese año, lejos de su patria.

       Lo que sucedió en su lecho de muerte define su carácter de forma indeleble. Sintiendo que su fin estaba cerca, su última preocupación no fue personal, sino para con el Estado. Le pidió a uno de sus hijos que devolviera al Tesoro Público los viáticos (gastos de viaje) que no había llegado a utilizar para concluir su misión. Este gesto de desprendimiento y honestidad absoluta, realizado en sus últimos momentos, demuestra una integridad que iba más allá del deber.

 

6. Luchó en 27 batallas, pero una enfermedad le robó la gloria final.

     La carrera militar de Urdaneta fue intensa y heroica. Participó en 27 combates, destacando hazañas como la defensa de la ciudad de Valencia, donde con solo 280 soldados contra los tres mil soldados de las fuerzas realistas, cumplió la orden de resistir hasta morir. Era un guerrero probado, siempre en la primera línea de la acción.

    Sin embargo, la historia le reservaba una amarga ironía. En 1821, cuando Bolívar concentraba sus fuerzas para la ofensiva final que sellaría la independencia de Venezuela, Urdaneta condujo su división desde Maracaibo hasta San Carlos. Pero justo antes del momento culminante, "serios quebrantos de salud" le impidieron tomar el mando en la decisiva Batalla de Carabobo. Uno de los generales más activos y constantes de la guerra se perdió, por enfermedad, el acto final para el que tanto había luchado.

 

7. Conclusión: La Compleja Memoria de un Patriota

        Rafael Urdaneta fue, en esencia, un hombre de paradojas. Su vida estuvo marcada por una lealtad y una honestidad intachables, pero el caos político lo arrastró a ser un Presidente por la fuerza y, posteriormente, un traidor por decreto. Fue un pilar de la unidad bolivariana que recibió del propio Bolívar la idea de la división.

       Sus restos fueron trasladados al Panteón Nacional en 1876, donde hoy es venerado como uno de los más grandes héroes de la nación. Su historia nos obliga a mirar más allá de las estatuas y los títulos. Queda latente la interrogante ¿Cuántos hombres de la historia de nuestra patria habrán tenido que hacer innumerables sacrificios y pasar por desmanes tan solo para mantener la integridad no solo del territorio sino de su población?

viernes, 10 de octubre de 2025

Estado Zulia: Un Gigante Económico con Alma de Poeta.

El Zulia que te Habla al Oído

Existen ocasiones donde nos sentimos mejor en un ambiente o sitio en específico que en nuestra propia casa, y cuando ese lugar te agrada o la gente en ese lugar o el ambiente te agrada, tan solo quieres estar allí, justo en ese lugar. Así pasa en el estado Zulia, tal vez para unos más y para otros menos, pero pasa, es un lugar tan cálido literalmente hablando que esa sensación de calor te engancha, te amarra a ciertos lugares, es la única forma de explicar cómo es que Maracaibo siendo de las ciudades más calientes del estado es la más habitada ¿Alguna vez has sentido que un lugar te llama, que su esencia se te mete en los huesos y te susurra historias al oído?

Así es el Zulia. No es solo un punto en el mapa de Venezuela; es una sinfonía de contrastes, un abrazo cálido bajo un sol inclemente, una tierra donde el petróleo brota de sus entrañas mientras el alma de su gente canta gaitas que te erizan la piel. Si cierras los ojos por un momento, ¿puedes sentir la brisa del Lago de Maracaibo, escuchar el voseo maracaibero o maracucho que te envuelve, o quizás saborear un patacón recién hecho?



Si la respuesta es sí, entonces estás listo para este viaje. Porque hoy no solo hablaremos del Zulia; lo viviremos, lo sentiremos, lo entenderemos como ese gigante económico que bombea la sangre de una nación, pero que, a la vez, posee el alma más poética y apasionada de Venezuela.

Imagina por un instante que estas sentado en un bohío a orillas del Lago, con el atardecer pintando el cielo de naranjas y morados. El aire es denso, cargado de historias de bonanza y de luchas, de risas y de resiliencia. Un viejo pescador, con la piel curtida por el sol y la sabiduría en la mirada, nos cuenta cómo el Lago ha sido testigo de todo: desde las canoas de los Wayuu hasta los buques petroleros que surcan sus aguas. Nos habla de la "Zulianidad", no como una palabra de diccionario, sino como un sentimiento que se lleva en la sangre, un orgullo que se hereda y se defiende con pasión. Y es precisamente esa dualidad, esa convivencia entre lo tangible y lo etéreo, lo que hace al Zulia tan fascinante, tan vital para comprender la esencia de Venezuela.

 

El Corazón que Bombea Oro Negro: La Fuerza Económica del Zulia

Si Venezuela es un cuerpo, el Zulia es, sin duda, su corazón. Un corazón que, desde hace más de un siglo, ha bombeado el oro negro que ha mantenido viva a la nación. ¿Recuerdan la historia del pozo Zumaque-1 en Mene Grande, allá por 1914? Aquel día, no solo brotó petróleo; brotó el futuro de Venezuela. Ese chorro de crudo, que se alzó en la Costa Oriental del Lago, fue el disparo de partida para una era de transformación que cambió para siempre el rostro del país. De ser una nación agraria, a ser una potencia petrolera, (tal vez una bendición y a la vez una maldición, que hoy nos vale incluso amenazas de invasión y asedio por parte de potencias que ya agotaron sus recursos y se portan como Cristóbal Colón o Isabel la Católica) y el Zulia fue el epicentro de esa metamorfosis. Donde l país paso de exportar café y cacao a sacar un liquido que ni se parece ni huele como los dos anteriores, un poderoso combustible que hoy mueve al mundo mas que nuca, y que genera mas conflictos internacionales que los propios problemas fronterizos entre diversos territorios y es que, lamentablemente, así como el petróleo viaja en buques la avaricia viaja en avión y ni decir de los que no viajan, sino que viven en nuestro propio territorio. Pero esa es harina de otro costal y en este momento compete hablar del Zulia

Piensen en esto: durante décadas, más del 80% del petróleo venezolano, ese que financiaba nuestras carreteras, nuestras escuelas, nuestros hospitales, salía de las entrañas del Zulia. Las ciudades de la Costa Oriental del Lago –Cabimas, Lagunillas, Bachaquero– no eran solo nombres en un mapa; eran hervideros de actividad, centros de innovación donde ingenieros de todo el mundo se mezclaban con la gente local, construyendo una infraestructura que era la envidia de la región. El Lago de Maracaibo, ese espejo inmenso, no solo reflejaba el cielo; reflejaba la prosperidad, con sus balancines extrayendo sin cesar el preciado crudo. Era una época de oportunidades, donde el trabajo en la industria petrolera significaba un futuro seguro, una casa, una educación para los hijos. El Zulia era, en esencia, la locomotora que arrastraba a toda Venezuela.

Pero, como en toda buena historia, no todo ha sido un camino de rosas. Desde 2008 con las sanciones petroleras impuestas por la administración Obama de USA, y con mayor crudeza a partir de 2018, una sombra se ha cernido sobre este gigante: el bloqueo económico y las sanciones internacionales. Imaginen que a ese corazón que bombea con fuerza, de repente le empiezan a apretar las venas. La capacidad de PDVSA, nuestra empresa petrolera estatal, para invertir, para modernizar, para incluso vender su petróleo, se vio drásticamente reducida. Los repuestos escasearon, la tecnología se hizo inaccesible, y la producción, inevitablemente, comenzó a caer. Ya no se escuchaba el mismo rugido de los taladros, y el brillo de las luces en el Lago, que antes era un símbolo de actividad incesante, se fue atenuando.

La salida de Chevron, uno de los pocos socios internacionales que quedaban, fue como si a ese corazón le quitaran una de sus arterias principales. Chevron no solo aportaba capital; traía consigo tecnología de punta, esa experticia vital para extraer el crudo pesado del Zulia, y un puente hacia los mercados internacionales. Su partida ha dejado un vacío técnico y operativo que se debe llenar, aumentando los retos para mantener la producción y para atraer nuevas inversiones. Los ingenieros y técnicos zulianos, que antes eran los cerebros de esta industria, se han visto obligados a buscar oportunidades en otras latitudes, debido a las crisis por las que constantemente ha tenido que pasar el país, llevándose consigo un conocimiento invaluable y también una gran cantidad de personas junto con sus familias que han llevado a que las ciudades como Ojeda, Cabimas y Maracaibo de ser unas metrópolis rebosantes de vida, pasaran casi a convertirse en un desierto. Calles que antes rebosaban de tráfico vehicular, almacenes y supermercados que otrora fueron puntos de referencia e incluso centros comerciales que eran icónicos en el estado, llegaron al cierre por falta de comercio, de personas y de quien inirtiera y gastara en los diferentes establecimientos.

Hoy, parte de ese bullicio y movimiento se está recuperando y esa fuga de talento que desangra a la industria, está a punto de desaparecer, siempre que las condiciones políticas contribuyan a unas condiciones económicas favorables y rentables, es un desafío que va más allá de lo económico y que toca la fibra más sensible de la capacidad productiva del estado.

 

La Melodía del Alma: La Riqueza Cultural que Enamora

Pero el Zulia, mis queridos amigos, no es solo números y barriles de petróleo. Es también una melodía, un poema, una explosión de color y sabor que te envuelve y te enamora. Si el petróleo es su músculo, la cultura es su alma, un alma vibrante que se expresa en cada rincón, en cada tradición, en cada sonrisa de su gente. ¿Han escuchado alguna vez una gaita zuliana en plena Navidad? Es como si el espíritu de la fiesta se materializara en cada nota, en cada verso. La gaita no es solo música; es un himno, una crónica cantada de la vida zuliana, con letras que te hacen reír, te hacen reflexionar y, a veces, hasta te sacan una lágrima de nostalgia como: “Cuando voy pasando el puente”.

El furro, la charrasca y el cuatro… instrumentos que, en manos de un gaitero, se convierten en la voz de un pueblo, y es que la gaita zuliana se convirtió en el género musical que marca el inicio de las navidades en Venezuela, en motivo de algarabia y no conforme con eso en canción de protesta en contra de los desmanes o de los abusos de los gobernantes injuntos (que han sido muchos y variados) en este sentido es imposible no mencionar “La Grey zuliana” la cual es una genuina expresión de regionalismo y además protesta por excelencia, con frases tan celebres como: “Maracaibo ha dado tanto”.

Se debe destacar que es un medio de expresión que refleja inconformidad del pueblo zuliano o no ante las injusticias y la falta de soluciones a los problemas de aquejan a la sociedad. Otro ejemplo de protesta viene a ser: “La Jerga”, donde la primera frase es: “Venezuela se pregunta con rabia ¿qué jerga es? Es una voz que resuena con alegría, con crítica social ante la situación económica que se presentaba para la época de salir al aire esa gaita, pero que, si el venezolano común y el zuliano en general lo trae al diario vivir de hoy, cala completamente en la actual situación de crisis presente en el país. Aun así no debemos pasar por alto la importancia de estas canciones que han sido inspiradas por musas, por pueblos, por gobernantes y hasta por misses venezolanas, que pasan a ser cada año parte del repertorio de canciones asociadas no solo con la navidad, sino con la cultura del Zulia y del país.

Cada 18 de noviembre, en el día de la Virgen de Chiquinquira, se prende la parranda con lo que para el zuliano es oficialmente el inicio de la época decembrina. Es una fiesta de fe y color, donde la devoción se mezcla con la algarabía. Es un sincretismo, una muestra de la herencia cultural. Y qué decir de la gastronomía, como diría un buen maracaibero (maracucho): “¡vergación de buena! ¿Un patacón? Es una obra de arte frita, una explosión de sabores que te transporta directamente a las calles de Maracaibo”. El mojito en coco, el chivo en coco, las mandocas, los tumbarranchos… cada plato es una historia, un legado, una invitación a sentarse a la mesa y compartir la alegría de la Zulianidad. Aquí, el coco y el plátano son reyes, y el pescado fresco, un manjar que se disfruta con cada bocado.

En cuanto a la artesanía, con los tapices y chinchorros guajiros, es un testimonio de la diversidad étnica del estado, un puente entre el pasado y el presente que se teje con paciencia y sabiduría. Y, por supuesto, nuestro voseo, ese "vos" que nos identifica, ese acento maracucho que nos delata en cualquier parte del mundo. No es solo una forma de hablar; es una forma de ser, de expresar nuestra cercanía, nuestra picardía, nuestra franqueza. Frases como "¿Qué molleja?" o "¡A la verga!" no son groserías; son exclamaciones que pintan de cuerpo entero nuestra forma de sentir y de vivir. Es una lengua viva, en constante evolución, que nos une y nos distingue.

 

El Orgullo que se Lleva en la Piel: La Esencia del Gentilicio Zuliano

Ser zuliano, mis amigos, es más que una nacionalidad; es un sentimiento que se lleva en la piel, un orgullo que se hereda y se defiende con pasión. El gentilicio zuliano, ya sea "marabino" o "maracucho", es sinónimo de una personalidad exuberante, de una alegría contagiosa y de una resiliencia inquebrantable que se forja bajo el sol ardiente y a orillas del Lago de Maracaibo. Somos gente carismática, jocosa, con una chispa en la mirada y una respuesta rápida para todo. El humor es nuestra arma secreta, nuestra forma de enfrentar las adversidades y de celebrar la vida. Nos reímos de nosotros mismos, de nuestras circunstancias, y siempre encontramos una razón para echar un chiste, para alegrar el ambiente.

La hospitalidad es otra de las banderas del zuliano. Aquí, el visitante es recibido con los brazos abiertos, con una sonrisa sincera y con la mesa puesta. No importa si eres de aquí o de allá; en el Zulia, rápidamente te conviertes en amigo, y el amigo en parte de la familia. Es una generosidad que nace del corazón, un deseo genuino de compartir lo poco o mucho que tenemos. Y ese sentido de pertenencia, ¡ah, ese sentido de pertenencia! Es lo que nos une, lo que nos hace sentir parte de algo más grande que nosotros mismos. Es el orgullo de esta tierra, la cultura, de   historia, un lazo invisible que conecta a todos los zulianos, donde esten. Es la certeza de que, sin importar las distancias, el corazón siempre latirá al ritmo de la gaita, bajo el sol inclemente y a orillas del inmenso Lago de Maracaibo.

 

La Encrucijada del Presente: Retos y la Resiliencia de un Pueblo

El Zulia, ese gigante económico con alma de poeta, se encuentra hoy en una encrucijada. Los retos son inmensos, y no podemos ignorarlos. La industria petrolera, que fue nuestro motor, se ha visto mermada por el bloqueo económico, las sanciones y la falta de inversión. La infraestructura, que antes era orgullo, hoy muestra signos de deterioro. La fuga de cerebros, esa hemorragia de talento, nos ha dejado sin muchos de nuestros ingenieros y técnicos más brillantes, quienes han tenido que buscar oportunidades en otras tierras. Es una realidad dura, que ha afectado la calidad de vida de nuestra gente, que ha generado escasez y dificultades.

Pero si algo nos ha enseñado la historia del Zulia, es que somos un pueblo resiliente. Hemos enfrentado huracanes, sequías, batallas y crisis, y siempre hemos encontrado la forma de levantarnos. Esa misma fuerza, esa misma determinación que nos llevó a luchar por la independencia, que nos hizo construir una industria petrolera de talla mundial, es la que hoy nos impulsa a seguir adelante. La diversificación económica no es solo una opción; es una necesidad. Debemos mirar más allá del petróleo, potenciar nuestra agricultura, nuestra pesca, nuestro turismo, nuestras energías renovables. Debemos invertir en nuestra gente, en su educación, en su bienestar, para que ese talento que se fue, algún día regrese, y para que las nuevas generaciones encuentren aquí las oportunidades que merecen.

En definitiva, el estado enfrenta retos, de los cuales saldrá más fuerte, más sabio, más unido. La esperanza, nunca se apaga en el corazón del zuliano. Porque, a pesar de todo, el Zulia tiene la capacidad de reinventarse, de recuperar su brillo, de volver a ser ese faro de progreso y de alegría que siempre ha sido para Venezuela.

Este no es solo un estado; es un sentimiento, una forma de vida, una promesa de futuro. Y mientras haya un zuliano que cante una gaita, especialmente ahora a nivel mundial, que saboree un patacón, que le enseñe a otras culturas y otros gentilicios ese sabor a terruño que se vive cada día con ese fulgor del relámpago del Catatumbo, que hable con su voseo característico. El Zulia no solo estará presente en el país como el motor de una industria que debiera ser más grande y productiva, sino como el impulso del emprendimiento, de los sueños, de las carcajadas y risas asociadas a una buena tertulia de chistes zulianos, de un buen plato de Pabellon Criollo. Sino que, además, seguirá siendo un aporte invaluable para el alma de cada venezolano que se encuentra en otro país que muestra nuestra cultura con orgullo y esperemos que, con amor, gracia y empatía.

martes, 19 de agosto de 2025

Dr. Humberto Fernandez Moran. Aportes Clave y Era de Innovación.

Desvelando lo Invisible

    La visión de Humberto Fernández Morán no solo se limitó a la academia; fue un constructor, un diseñador de herramientas que permiten el acceso a mundos antes inaccesibles para el ojo humano. Entre todas sus obras, las más icónica y de impacto universal es la invención de la cuchilla de diamante.

        En 1953, mientras trabajaba en el Instituto Karolinska de Estocolmo y el Departamento de Biofísica de la UCV, Fernández Morán dio a conocer su revolucionaria "cuchilla de diamante para seccionado ultrafino". Esta herramienta, un prodigio de la ingeniería y la precisión, permite realizar cortes congelados en secciones ultrafinas de tejidos, tanto biológicos como metálicos, una capacidad sin precedentes para su época. Antes de su invención, la observación detallada a través del microscopio electrónico de transmisión era limitada por la incapacidad de obtener muestras lo suficientemente delgadas. En consecuencia su cuchilla no solo resolvió este problema, sino que revolucionó la microscopía electrónica, abriendo nuevas fronteras para la investigación en biología molecular, neurociencia y nanotecnología. En 1955, su invento fue patentado, y su diseño fue tan fundamental que generó regalías comerciales a través de empresas como Light de Alemania, abriendo ventanas al cosmos de lo microscópico.

        Es necesario aclarar una distinción que a menudo en el contexto de nuestro país y en el desconocimiento de los aportes científicos de Fernández Moran a la ciencia, el ciudadano común  confunde al Dr. Fernández Morán como el inventor del bisturí, de diamante quirúrgico, mientras que su aporte no fue dentro del área de la salud, sino en la ultramicrotomía, de acuerdo con afirmaciones hechas por el mismo: su contribución fue la cuchilla de diamante utilizada en el ultramicrótomo, la cual permite obtener cortes finos de muestras. Cabe indicar quie ciertamente esta cuchilla fua la base para el bisturí quirúrgico, en el cual se baso la idea, el cual fue un desarrollo posterior de la empresa  DuPont.



        Sin embargo, la invención de la mencionada cuchilla fue tan trascendente, que le valió el prestigioso Premio y Medalla John Scott en Filadelfia el 14 de julio de 1967, un galardón otorgado a invenciones que contribuyen al bienestar, comodidad y felicidad de la humanidad. Siendo el único latinoamericano en recibir este honor hasta la presente fecha.

        Pero su genio no se detuvo allí. El Dr. Fernández Morán fue un pionero en las técnicas de crioultramicrotomía, introduciendo el concepto de congelar las muestras para preservar su estado hidratado y estructura molecular, un paso vital para observar tejidos en su estado más natural. Además, diseñó un ultramicrótomo de cabeza rotatoria de avance térmico para mayor estabilidad y calidad de corte, y desarrolló el crio-ultramicrótomo.

        Como si lo anterior fuese poco la microscopía electrónica se consolidó con el diseño, en 1966, del primer criomicroscopio electrónico con lentes semiconductores, capaces de mantener estable la corriente de la lente en helio líquido y lograr alta resolución en muestras sensibles, al permitir mayor tiempo de exposición a los haces de electrones. Sumado a esto, inventó el crio-portamuestras congeladas, así consolido su legado en este campo.

      El compromiso de Fernández Morán con la ciencia no se limitó a sus inventos personales; fue un visionario que comprendió la necesidad de establecer infraestructuras científicas de vanguardia, ejemplo de ello es Venezuela, donde en 1954, fundó el Instituto Venezolano de Neurología e Investigaciones Cerebrales (IVNIC), que más tarde se convertiría en el actual Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC). Su visión era clara: crear un centro de excelencia, dotado de tecnología de punta y un enfoque interdisciplinario.

        Un testimonio de su ambición y su capacidad para materializar proyectos monumentales fue la construcción del Reactor Nuclear RV-1 en el IVNIC, el primero de su estilo en América Latina, y el único en Venezuela, destinado a impulsar estudios sobre radiofármacos y radioterapia. Este hito no solo marcó un antes y un después para la investigación en el país, posicionándolo en la vanguardia regional de la energía nuclear para fines pacíficos. En 1957, el IVNIC fue anfitrión de un simposio internacional, "Estructura y Función de las Células Nerviosas", que congregó a lo más granado de la neurobiología mundial, incluyendo a tres Premios Nobel, elevando el prestigio del instituto a alturas insospechadas.

        Su paso por la NASA (Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio) en el prestigioso programa Apolo, es otro de los logros y aportes que se deben resaltar de este personaje, fue investigador principal en el análisis físico-químico de rocas lunares, su cuchilla de diamante fue la herramienta esencial para estudiar las preciadas muestras traídas de las misiones Apolo 11, 12, 14 y 15. Los resultados de la investigación contribuyeron a teorías sobre los procesos climáticos y geológicos de la Luna. Así que Venezuela no solo contaba con un gran inventor sino además con uno de los científicos que estuvo en contacto directo con los materiales provenientes de la luna.

        Todo lo anterior es una parte más de las hazañas de un investigador comprometido, pero como buen científico, también fue parte de la educación y creación de nuevos colegas que más adelante también harían lo propio dentro de diferentes ramas de la ciencia y la tecnología. Por lo cual en su incansable acceso al conocimiento fue profesor en la Universidad de Harvard, trabajó en el Hospital General de Massachusetts y creó los laboratorios de microscopía electrónica del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). En la Universidad de Chicago, se desempeñó como docente e investigador, donde perfeccionó el microscopio electrónico de alta resolución. Su capacidad para la invención también se reflejó en la descripción de las partículas mitocondriales, conocidas hoy como partículas de Fernández Morán.

       Un punto de constante debate y, en cierto modo, de orgullo nacional, es la supuesta nominación de Fernández Morán al Premio Nobel. Múltiples fuentes afirman que fue nominado en varias oportunidades pero que lo rechazó al no querer renunciar a su nacionalidad venezolana para adoptar la estadounidense, un requisito que se le imponía para la postulación por parte de la NASA. Sin embargo, otras fuentes, citando archivos suecos, desmienten el requisito de la nacionalidad, aunque confirman su candidatura en 1968 y su aspiración al galardón. Esta controversia subraya la complejidad de su figura, una personalidad que, a pesar de su inmensa contribución global, seguía profundamente arraigada a su identidad venezolana.

sábado, 16 de agosto de 2025

Vida y obra de Dr. Humberto Fernandez Moran: Un faro de inspiración para las generaciones futuras

    No hace mucho, vi una película sobre un matemático estadounidense con  esquizofrenia que gano un premio Nobel, la cual se titulaba en América Latina como “Una Mente Brillante” este hombre era nato de EE.UU. fue un hombre de gran renombre y genero estudios y casos importantes para la ciencia. Como cinéfila debo catalogar la película como extremadamente buena por distintos motivos que no vienen al caso.

    Para el momento actual los venezolanos y en particular los zulianos tenemos nuestro propio científico, candidato a premio Nobel y que casi nadie lo conoce, ni habla de este hombre que pasa casi desapercibido no solo para el mundo sino para el estado Zulia. Este interesante individuo. No es mas que uno de los científicos que ha generado mayores beneficios a la humanidad y dio resultados dignos de un premio Nobel. El mencionado hombre es el Dr. Humberto Fernández Moran, oriundo de La Cañada de Urdaneta, una figura cuya brillantez supera a la del prócer de la independencia Rafael Urdaneta. No solo ilumino la ciencia de su tiempo, sino que se proyectó como un faro para las generaciones siguientes. 



    Humberto Fernández Morán Villalobos (1924-1999), fue un hombre cuyo nombre evoca la fusión de genio, tenacidad y un profundo amor por su patria, uno de los innovadores más trascendentales del siglo XX. Mediante este artículo se pretende desentrañar la vida y obra de un hombre que, como un Prometeo moderno, robó el fuego del conocimiento para compartirlo con la humanidad, por lo cual compartido en 3 partes se presentará luego de una exhaustiva investigación los aportes de este gran hombre no solo a la ciencia venezolana, sino del mundo. Y es que el estado Zulia no solo ha sido una región productiva y cultural del país, sino además, ha producido personajes que han dejado huella en la historia y en la ciencia.


Infancia y Primeros Pasos: La Forja de un Prodigio

    La historia del futuro Doctor Humberto Fernández Morán comienza en 1924, con su nacimiento en el terruño zuliano. Su formación académica, lo llevó de Maracaibo a Curazao y Nueva York, antes de asentarse en Alemania para sus estudios de bachillerato en el Instituto Schulgemeinde de Sallfeld. Este joven con apenas 16 años, ingresó a la Universidad de Múnich, un hito en sí mismo, pero aún más notable si se considera el convulso contexto de la Segunda Guerra Mundial.

    En 1944, con solo 20 años y en medio de los estruendos de los bombardeos que asolaban Múnich, Fernández Morán se graduó de médico Summa Cum Laude, la máxima distinción académica, un testimonio de su formidable intelecto y dedicación bajo circunstancias extremas. De acuerdo con sus propias palabras: "Mi mente no podía permitirse la distracción del caos exterior," pudo haber reflexionado en sus escritos, "la ciencia era mi refugio, mi misión."

    El destino lo trajo de vuelta a Venezuela en 1945, donde revalidó su título en la Universidad Central de Venezuela (UCV) y se especializó en neurología y neuropatología en la Universidad George Washington, en Estados Unidos. Pero su sed de conocimiento era inmensa. De acuerdo con los relatos tuvo la oportunidad en esas fechas de conocer y tratar con Albert Einstein, quien le aconsejó profundizar sus estudios en Suecia. Esta recomendación, si bien un detalle que roza la leyenda, muestra el círculo intelectual en el que Fernández Morán se movía.
    
    Así, en 1947, se embarcó hacia Estocolmo, Suecia, para sumergirse en la investigación de microscopía electrónica en el Instituto Nobel de Física, bajo la tutela del eminente Profesor Svedberg, Premio Nobel de Física. Allí, su mente brillante continuó su ascenso dentro del área de la ciencia: completó una maestría en biología celular y genética, y en 1952, obtuvo su doctorado en biofísica por la Universidad de Estocolmo, convirtiéndose en uno de los primeros venezolanos en alcanzar tan alto grado académico. En este período formativo, no solo cultivó su intelecto, sino que también forjó una vida personal, allá en Suecia conoció a la que sería su esposa Anna Browallius. Se casaron y procrearon dos hijas, Brígida y Verónica, quienes, inspiradas por su padre, seguirían caminos en las matemáticas y la biología.
    
    En 1954 regreso a Venezuela, no fue el fin de una etapa, sino el preámbulo de una explosión de innovaciones que cambiarían el rumbo de la ciencia en el país y el mundo.


      Este artículo continuará en la segunda sección: 

Aportes Clave y Era de Innovación: Desvelando lo Invisible


Referencias Bibliográficas

Artigas Abreu, R. J. (2015). HUMBERTO FERNÁNDEZ MORAN. REDVET. Revista Electrónica de Veterinaria, 16(2), 1-2.

ANM Venezuela Interactivo. (s.f.). IMPACTO DE LA VIDA DEL DR. HUMBERTO FERNÁNDEZ-MORÁN EN EL QUEHACER CIENTÍFICO VENEZOLANO [Video]. YouTube.

biografiando. (2023, 24 octubre). Humberto Fernández Morán: Inventor del bisturí de diamante [Video de TikTok]. TikTok.

Ministerio P.P. Ciencia y Tecnología. (s.f.). Conoce a Humberto Fernández Morán Villalobos [Video]. YouTube.

Ministerio P.P. Ciencia y Tecnología. (s.f.). Dr. Humberto Fernández-Morán: Legado científico de Venezuela [Video]. YouTube.

MINCYT. (s.f.). Humberto Fernández-Morán: Pionero de la ciencia en Venezuela y el mundo.

Perdomo, L. (s.f.). El bisturí punta de diamante y un paso antes en la Luna.

SAREN. (s.f.). La memoria del ilustre científico venezolano Dr. Humberto Fernández-Morán es honrada con el ingreso de sus restos mortales al Panteón Nacional.

Vidovic López, J. F. (2025). Humberto Fernández Morán: un zuliano universal. Aportes a la ciencia y propuesta educativa. Perspectivas. Revista de Historia, Geografía, Arte y Cultura, 13(26), 182-187.


martes, 29 de julio de 2025

El Secreto del Relámpago Mágico. Un cuento infantil (De como el Relámpago del Catatumbo, funciona como un faro natural)

Un cuento sobre el misterioso Relámpago del Catatumbo

Capítulo III: El Faro de los Navegantes


Por: Sami1540

El abuelo José, con su piel curtida por el sol, dejó los remos a un lado. La canoa se mecía suavemente en el agua oscura del lago. Luis, lo miraba con los ojos bien abiertos, listo para otra de las increíbles historias del Catatumbo.

—Hace muchísimos años —empezó el abuelo, con su voz grave y tranquila—, cuando no existía la luz eléctrica ni los aparatos que guían a los barcos, los marineros le tenían miedo terrible a la noche en el mar. ¡Era tan oscuro y peligroso! Pero, cuando llegaban a este lugar, todo cambiaba.

—¿Y entonces, abuelo? —preguntó Luis, casi sin respirar.

El abuelo sonrió. —Entonces, el cielo se encendía. ¡No un rayo, ni diez, sino miles y miles de relámpagos! Era como si el cielo les dijera: “¡Por aquí, amigos! ¡Bienvenidos al Catatumbo, su faro natural!”

Luis soltó una exclamación de asombro. —¡Qué genial! ¡Un faro de relámpagos!

—Tan genial —continuó el abuelo— que hasta un pirata inglés muy astuto, quiso usarlo a su favor. Dicen que él planeó atacar Maracaibo por sorpresa, de noche, para robar todos sus tesoros. Pensó que la oscuridad lo ayudaría. Pero cuando llegó, ¡sorpresa! El cielo estaba tan iluminado por el Relámpago del Catatumbo que sus barcos se veían clarito, ¡como si fuera de día! 


Luis se rió a carcajadas. —¡La naturaleza lo delató! ¡El Relámpago del Catatumbo es un héroe!

—Así es —dijo el abuelo—. El pirata Intentó esperar a que pararan… Pero el Relámpago del Catatumbo nunca se detiene. ¡Ni por reyes, ni por piratas, ni por nadie! Al final, el pirata tuvo que irse con las manos vacías, sin ningún tesoro.

—¡Porque la naturaleza es más fuerte! —exclamó Luis, levantando su pequeño puño al aire, lleno de orgullo.

El abuelo José asintió, mirando el cielo con mucho respeto. —Estos relámpagos no solo iluminan el lago, Luis. También iluminan nuestra historia. Han sido una guía para los navegantes, una advertencia para los que querían hacer daño y un protector de nuestra tierra.

 Y ahora… —dijo, volviéndose hacia Luis con una mirada misteriosa—… también son un gran misterio que la ciencia quiere entender.

—¿Y vendrán científicos a estudiarlos, abuelo? —preguntó Luis, con los ojos brillantes de curiosidad.

—Ya han venido —respondió el abuelo—. De países muy lejanos, incluso algunos que estudian el espacio. Pero, ¿sabes? Nadie sabe todo su secreto… todavía.

Luis miró el horizonte, justo cuando otro rayo cruzaba el cielo, pintando una línea de luz. Pensó por un momento, y luego dijo lentamente:

—Entonces… quizás yo pueda ayudar a descubrirlo. ¡El Relámpago del Catatumbo nos espera! 



____________________________________  .   _________________________________________

El Relámpago del Catatumbo tiene más historias que contar… ¿Te atreves a descubrirlas con Luis?

El próximo capítulo llega muy pronto. ¡Suscríbete para no perdértelo!


lunes, 21 de julio de 2025

El Secreto del Relámpago Mágico. Un cuento infantil sobre ciencia, leyenda y amor al planeta

Por: Sami1540

Este es un cuento de inspiración propia, nacido de la necesidad de que nuestros niños y niñas en esta época actual conozcan la importancia no solo cultural sino científica de nuestro país y sus bellezas naturales, pero en especial del estado Zulia.

Al levantarme en las mañanas y ver a mi hija interesada solo en la Internet y el entretenimiento que está le ofrece, he vivido como madre la preocupación de que nuestros hijos e hijas estén más conectados al mundo digital, mundo virtual, metaverso o como le queramos llamar, que, a las experiencias naturales de la vida, como el juego al aire libre, las adivinanzas, colorear o lo más simple pero importante la lectura.

Cada día nuestros niños y adolescentes, se sientan durante horas a ver en la pantalla de sus teléfonos un sinfín de contenidos los cuales en la mayoría de los casos no les aportan nada, sino que además les destruyen la vista y les dejan malas prácticas, malas enseñanzas o en su defecto procrastinación.

Si juntásemos todas las horas diarias que los individuos le dedican a observar videos nada productivos de seguro que seria posible juntar los años de vida de varios cientos o varios miles de personas.

Pero si en lugar de desperdiciar el tiempo en cosas que no les dejan nada de aprendizaje o de beneficio, nuestros niños y niñas, jóvenes y adolescentes e incluso los propios adultos dedicaran unos pocos minutos de esos que les sobran a leer algo de utilidad, algo que le enseñe cultura popular o porque no información científica. Pensando en eso dedique algo de mi tiempo para arrancar una serie de cuentos de interés nacional y ahora que los venezolanos estamos regados por el mundo de interés internacional, porque todos queremos que los mas chicos conozcan sus raíces, ya que en esta tierra hay de todo y para todos y que además es un paraíso diverso que ya quisieran las potencias del mundo tener la cuarta parte de lo que se tiene en Venezuela.

Irónicamente en un mundo tan conectado y en el que se emplea la escritura y la lectura para comunicarse con la IA, nuestros niños ya no quieren poner en práctica el hábito de leer, sino que solo quieren ver videos, escuchar música o bailar reguetón. De manera paralela a este consumo de pantalla más adelante habrá que ideárselas para tener acceso a un buen libro o lectura de calidad, pero, aunque tú hijo no quiera leerlo, por favor léeselo tú, que no se pierda esa magia tan enriquecedora, y acogedora de que los padres compartan con sus hijos un poco de tiempo de calidad.

Por ello, les dejo este cuento (y quién sabe cuántos más), dividido en secciones para que así no se cansen de leer. Espero que les permita ayudar a la generación de relevo a conocer algo más que el reguetón o el anime.

Sin más a que referirme abro está etapa de cuentos inspirados en la naturaleza para el mundo. Disfrútalo y comparte tus opiniones y síguenos.


El Secreto del Relámpago Mágico

Un cuento sobre el misterioso Relámpago del Catatumbo

Capítulo 1: El Pueblo de los Relámpagos Eternos


En las orillas del gran Lago de Maracaibo, donde el viento canta entre los juncos y el agua brilla bajo la luna, existe un pueblo especial al que propios y extraños admiran con curiosidad: Catatumbo .

En este pequeño, pero hermoso pueblo, desde hace siglos y quién sabe si, desde el principio de los tiempos, cada noche, sin importar la estación, el cielo sobre el lago se enciende con miles de destellos dorados y plateados. ¡Zas! ¡Crac! Los relámpagos bailan sin parar, como si el cielo estuviera celebrando una fiesta infinita.

Allí, habitaba un niño llamado Luis, de ocho años, ojos grandes y mente creativa y mas grande aun.

Una noche, mientras corría descalzo por la orilla, señaló al horizonte con entusiasmo.

 —¡Mira, abuelo! ¡Otra vez los relámpagos! 

Sentado en su silla de nimbre, el abuelo José , viejo pescador de manos curtidas y mirada sabia, conocido como uno de los mas sabios del pueblo, sonrió al ver el cielo iluminarse.

 —Sí, mijo —dijo el abuelo, con voz tranquila—. Es el Relámpago del Catatumbo, el más famoso del mundo. Ten presente que eso que observas no es magia… ¡es ciencia! Pero también es un regalo hermoso y útil de la naturaleza.

Ante esta exposición, Luis arrugó la nariz, pensativo.

y se dijo a si mismo —¿Cómo puede ser ciencia… y magia… al mismo tiempo?

 El abuelo quien escucho su comentario, rio suavemente, como si conociera un secreto muy antiguo.

 —Ven —le dijo, extendiendo la mano—. Sube a la canoa. Te mostraré algo más que luces en el cielo. Te contaré el secreto del relámpago mágico.

Y así, bajo un cielo que nunca dormía, comenzó una aventura que Luis nunca olvidaría.



Capítulo 2: La Danza de las Nubes y el Viento


Mientras la canoa avanzaba despacio sobre el agua oscura, que brillaba cada vez que un rayo cruzaba el cielo. Luis se sentó frente al abuelo, remojando los pies mientras el viejo pescador remaba con calma.

—¿Sabes por qué aquí hay tantos relámpagos? —preguntó el abuelo, señalando las nubes altas que giraban como torbellinos.

Luis hizo un movimiento de negación con la cabeza.

—Es por una danza invisible —dijo el abuelo—. Una danza entre el viento, las montañas y el lago caliente.

Señaló hacia el sur, donde se alzaban las montañas de la Sierra de Perijá.

—Por las tardes, cuando el sol calienta el lago. El aire húmedo que se produce sube, sube y sube… hasta chocar con el viento frío que baja de las montañas. ¡Y entonces… bum! Se forman nubes gigantes, como castillos de algodón mojado.

—¡Como una olla gigante! —exclamó Luis, recordando cómo su mamá cocinaba sancocho.

—¡Eso mismo! —rió el abuelo—. Y dentro de esas nubes, las gotas de agua chocan unas con otras, chispean, se cargan de electricidad… hasta que ¡ZAS! Sale un relámpago.

 —¿Y eso pasa solo aquí, en nuestro lago? —preguntó Luis, asombrado.

—¡Aquí más que en cualquier otro lugar del planeta! —dijo el abuelo, orgulloso—. Ocurre en dos o tres lugares más, algo parecido, pero no tan seguido, ni con tanta intensidad de descargas eléctricas como en esta región del planeta. Cada año, según cuentan los científicos y hasta la NASA, caen aquí más de un millón de relámpagos. Ni en África, ni en Asia, donde también existen fenómenos parecidos… ¡aquí, en nuestro hogar!

Luis miró al cielo, imaginando a las nubes como dragones eléctricos escupiendo fuego desde las alturas y su cara reflejo el asombro digno de un niño que explora y aprende cosas nuevas.

—Entonces… ¿nuestro lago es especial?

—Muy especial —asintió el abuelo—. Tal vez el más especial en el mundo. Y su luz… no es solo un espectáculo. Es un faro. Un faro que según lo que mi padre y mi abuelo contaban ha guiado a viajeros durante siglos y ha salvado a Maracaibo en ocasiones de ciertos personajes nada buenos que han querido visitarle.

—¿Un faro? —repitió Luis—. ¿Como los de los barcos?

—Mucho antes de que existieran esos faros… —empezó el abuelo, bajando la voz—… hubo piratas, navegantes y exploradores que se perdían en la oscuridad. Hasta que descubrieron esta luz eterna.

continuara, en la próxima publicación...





viernes, 4 de julio de 2025

Zulianidad: Identidad que no se pierde

      Cuando una persona cualquiera se refiere al Zulia, al estado, no solo está señalando un territorio en el mapa de Venezuela. Evoca una cultura centenaria que se traduce en: aroma a coco, a chivo en su punto, el sonido de una gaita que se cuela por las calles en diciembre. Es recordar el relámpago del Catatumbo iluminando las noches o el fervor de una multitud cantando “La Grey Zuliana" frente a la Basílica de La Chinita, en pleno corazón de Maracaibo. Y especialmente es hablar de un sentimiento que no entiende de distancias: la Zulianidad, es una identidad que el zuliano lleva como si fuese una vadera ondeante, como si de ser el abanderado en una batalla se tratase, identificándose fácilmente no solo con su peculiar manera de hablar, sino con su perspicacia, su viveza criolla, con la que se han criado desde pequeños los niños y niñas del estado Zulia, ya no digamos solo de Maracaibo, porque ser Zuliano no es solo pertenecer o haber nacido en la capital del estado, ser zuliano se refiere a esa chispa que embarga a cada uno de los habitantes del estado, que se puede decir es, un sello y que permite compartir a los demás y con los demás esa picardía y alegría que refleja el habitante de este gran estado. Sin importar en que parte del mundo se encuentre el individuo que forma parte de ese todo, para bien o para mal ahora el zuliano es internacional, ya sea en Maracaibo, Madrid o Miami.

En otras palabras, el sentido de pertenencia es, quizás, el pilar más fuerte del carácter zuliano. El zuliano se siente profundamente orgulloso de su tierra, de su cultura, de su historia y de su gente. Este orgullo es una conexión visceral con sus raíces que se manifiesta en su defensa apasionada de lo zuliano, en su amor por la gaita, por la Chinita, por el patacón y por cada rincón de su estado. La zulianidad es, una identidad colectiva, un lazo invisible que une a todos los zulianos, estén donde estén, y que los hace sentir parte de algo más grande que ellos mismos.

 

Cuando la Zulianidad se hizo oficial

La zulianidad no es solo una palabra o un sentir, es una institucionalidad, ello se evidencia a partir del 24 de octubre de 2002, cuando el entonces gobernador Manuel Rosales firmó el decreto que institucionalizó la Semana de la Zulianidad.

Esto no fue solo un acto burocrático más, fue la formalización de algo que los zulianos ya llevaban en la sangre, de ese sentir que aflora al pasar el puente sobre e Lago de Maracaibo o al escuchar la Grey Zuliana en un radio o porque no hoy en día en Tik Tok o en un Reel

Años después de haber instituido y acuñado este terminó Rosales dijo en una entrevista: "No inventamos nada, solo le dimos nombre a lo que siempre existió: ese orgullo de ser zuliano, de hablar más fuerte, de celebrar más alegre, de defender lo nuestro como nadie". Claro está, que esa idea no nació sola, ni tampoco se origino en el antiguo gobernador; detrás hubo maestros, cultores y hasta gaiteros que insistían: "Si no lo enseñamos, se pierde". Entre ellos, Luis Guillermo Hernández, historiador y defensor de la identidad zuliana, quien siempre repetía: "Un pueblo sin memoria es como un barco a la deriva. Y nosotros, los zulianos, tenemos demasiado que recordar".

Cuando la crisis migratoria llevó a miles a salir para otros países, la respuesta fue clavar una bandera azul y negro en cualquier rincón del mundo.

Desde 2002, las escuelas zulianas dedican una semana completa a enseñar qué hace único al estado Zulia, a su gente: los niños pintan el Puente sobre el Lago y aprenden que fue una proeza de ingeniería. Cantan gaitas en clase, no solo en diciembre, porque, como dice el gaitero Astolfo Romero en una de sus letras: "La gaita no es solo música, es historia cantada".

 

Gentilicio zuliano: La esencia de su gente

 Si la cultura y las tradiciones son el alma del Zulia, el gentilicio y el carácter zuliano son el espíritu que las anima. Ser zuliano no es solo haber nacido en esta tierra; es llevar consigo una serie de atributos, de formas de ser y de sentir que los distinguen y los hacen únicos en el mosaico venezolano. El gentilicio zuliano, que abarca desde el "marabino" o "maracucho" hasta el "zuliano" a secas, es sinónimo de una personalidad exuberante, de una alegría contagiosa y de una resiliencia inquebrantable que se forja bajo el sol ardiente y a orillas del Lago de Maracaibo.

Una de las características más notorias del zuliano es su carisma y jocosidad. El humor es una herramienta fundamental en su día a día, una forma de enfrentar las adversidades y de celebrar la vida. El zuliano es ingenioso, rápido para el chiste y para la réplica, y su conversación está salpicada de expresiones coloridas y metáforas que pintan un cuadro vívido de su realidad. Esta capacidad de reírse de sí mismo y de las circunstancias, es un testimonio de su optimismo inherente. La risa en el Zulia no es una declaración de que, a pesar de todo, la vida sigue y merece ser celebrada.

El uso del "vos" en lugar del "tú" no solo denota familiaridad y cercanía, sino que también refleja una forma de relacionarse con el mundo, una franqueza y una autenticidad que son inherentes al zuliano. Es una forma de hablar que, para el forastero, puede sonar chocante al principio, pero que rápidamente se convierte en una melodía familiar, en un signo de bienvenida y de confianza.

En definitiva, para comprender la zulianidad, es imperativo despojarse de preconcepciones y sumergirse en la complejidad de un pueblo que ha forjado su identidad a la sombra de un lago inmenso y bajo el influjo de un sol que no perdona. La zulianidad es, en esencia, la suma de elementos que distinguen al zuliano del resto de los venezolanos. No se trata de una superioridad inherente, sino de una singularidad cultivada a lo largo de siglos de historia, de luchas, de alegrías y de un profundo arraigo a su tierra. Es la manifestación de una cultura rica y diversa, de unas tradiciones que se resisten a desaparecer, de un gentilicio que se enorgullece de su origen y de una importancia histórica y económica que ha marcado el rumbo de la nación.

 

Referencias Bibliográficas

 Gobernación del Zulia (2002). Decreto N° 272. "Institución de la Semana de la Zulianidad". Publicado en Gaceta Oficial del Estado Zulia.

Hernández, L. G. (2018). "Cultura e Identidad Zuliana: La Construcción de un Imaginario Colectivo". Ediciones de la Universidad del Zulia (LUZ).

Molero, A. (2005). "El Zulia en su Voz: Poesía y Narrativa Regional". Fundación Belloso. 

Rosales, M. (2002). Discurso de Instauración de la Semana de la Zulianidad. Archivo Audiovisual de la Gobernación del Zulia.

Disponible en: YouTube (búsqueda: "Manuel Rosales decreto Zulianidad 2002").

Barboza, O. (2010). "Autonomía e Identidad en el Zulia". Ponencia en el Congreso de Historia Regional, LUZ.

La Verdad (2020). "Zulianos en el Exilio: La Tradición que no se Pierde".

Enlace: La Verdad.